En tiempos de zozobra como los nuestros, la nostalgia cotiza al alza. Y en la civilización del plástico, la nostalgia es necesariamente pop.
Todas las épocas manejan su propio mito de la Edad de Oro, un tiempo pasado donde todo era mejor, más fácil, los hombres más viriles y las mujeres más guapas y simpáticas.
Sobre esta base los chicos de ABC han construido un producto simpático, delicioso a la vista y que mira a los años 60 como nuestra propia Edad de Oro, un tiempo mítico donde todos tenían trabajo y una caída de ojos era lo que importaba, lejos todo del lodazal del miedo de principios del siglo XXI.
Sin embargo, uno tiene la sensación permanente de encontrarse comiendo el postre sin haber comido todavía el primer y el segundo plato. Dicho de otra manera, los personajes son efervescentes pero superficiales, y conviene darle tiempo al show para adivinar si los guionistas van a darnos algo más sólido que una sucesión de divertidas postales a través de la tele, la mejor máquina del tiempo.
Sobre el casting no hablaremos todavía, hasta que veamos a dónde pueden ir los personajes y sus historias, aunque apunta diferencias de carisma que habrá que ver cómo manejan los creadores de la serie.
Sí está claro que esta mirada al pasado se parece poco a Mad Men, optando por un perfil de burbujas y chispas donde la monumental serie de AMC se maneja entre volutas de humo y tensiones no explicitadas. Y sin embargo, Pan Am le debe mucho a Matthew Winer y sus publicitarios de New York, empezando por abrir la veda para este tipo de productos que nos recuerdan de manera cíclica que lo retro puede ser vendido como elegante, sexy, cool.
Sabe bien, pero queremos más... seguiremos informando
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Puedes encontrar el primer capítulo de Pan Am aquí:
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