Vamos avanzando en la trama y conociendo porque la casa está maldita. Por supuesto que hay más de una explicación pero el motor de este episodio es el hecho ocurrido en 1968 por un fanático que asesinó a dos enfermeras que residían en la casa.
Mientras en el presente, Ben recibe la noticia de que su amante está embarazada. Esa misma estudiante con la que Vivien les pilló juntos en la cama. Ben decide volver a Boston para apoyarla con todo el tema del aborto.
Pero antes de irse conoceremos a otra de sus particulares pacientes, que parece muy intrigada por todos los secretos que esconde la casa.
La nueva paciente de Ben.
Mientras Ben está en Boston, Vivien y Violet se quedan solas en casa y Vivien intenta reconectar un poco son su rebelde hija adolescente, que adivina que su madre vuelve a estar embarazada. El hecho que Vivien no haya contado nada a su hija, es porque no está segura que todo vaya bien con el bebé, ya que no siente las molestias propias de sus otros embarazos.
Vivien vuelve a sorprender a Constance entrando como Perico por su casa.
Los problemas de Vivien con sus vecinos no parecen cesar. Constance entra por casa cuando quiere y su hija Abby ha vuelto a ser sorprendida por Ben en el sótano en plena noche. Constance les prepara unos cupcakes a sus vecinos para hacerse perdonar. Lo que ellos no saben es que están aderezados con bien de laxante.
Constance descubre que Vivien está embarazada y le tranquiliza sobre su bebé diciéndole que no le pasa nada y de paso le cuenta sobre sus 4 hijos, que tuvieron todos el mismo problema que Abby menos uno.
Constance tiene una cita con un joven
Constance se cita con un joven pero su hija Abby viene a interrumpirla para advertirla que en la casa de los vecinos algo está pasando. Constance, molesta encierra a su hija en un armario lleno de espejos, lo que aterroriza a la joven.
Pero Abby tenía razón. Llama una joven a la puerta de Vivien para pedirle auxilio, con una herida en la cabeza, justo igual que en el suceso ocurrido en 1968. Y es que esta joven no es más que otra fanática que junto con otros dos amigos, una de ellas, la paciente de Ben, que ha robado todos los teléfonos de la casa, quieren recrear el trágico asesinato de las dos enfermeras forzando a Vivien y Violet a vestirse como ellas.
Pero no contaban conque Tate estuviera en la casa. La paciente de Ben se come un cupcake lo que la pone enferma y Tate simplemente la descuartiza con un hacha. La chica que retiene a Violet conocerá los terrores del sótano, con los propios fantasmas de las dos enfermeras, y el tercer atacante se las tendrá que ver con Vivien que se zafará de él y logrará escapar con su hija. El atacante sin embargo no saldrá vivo de la casa, una vez más, cortesía de Tate.
Tate, Constance y Moira saben qué hacer con los cuerpos.
La historia se salda conque la policía viene a investigar sobre la desaparición de la paciente de Ben y Violet recrimina que él no estuviera, pero que menos mal que estaba Tate. En otra parte de la casa Tate, Constance y Moira planean deshacerse de los cadáveres.
Eso sí, Vivien ha tomado una decisión: venderán la casa.
Un poco más flojo que el primero, pero sigue resultando angustioso. Eso sí, al igual que el mayor malo de 24 es el tío de recursos humanos que contrata cada año un par de agentes dobles, el mayor villano de American Horror es el cabrón que ha diseñado las puertas y sistemas de seguridad. Pasa todo cristo, oiga.
ResponderEliminarTal vez me haya gustado menos (aunque me ha gustado, oye) ya que al ser los psicopatas los que se llevan la tortura y muerte en el episodio no me parece tan "terrible" como cuando se tortura a los "buenos." Quieras que no, cuando asesinan a psicopatas asesinos... como que se siente menos.
(TEORIA)
¿Va algo a que el niño "perfecto" de la vecina es Tate? ¿Demasiado obvio?
Sea como fuere, es una excelente serie y me quedo para el viaje. A ver a sonde nos lleva.