Up all night: comentario 1x04

No avanzamos y ya llevamos cuatro episodios. No se quien les ha dicho a los creadores de sitcoms que la inmadurez era sinónimo de risas y, sobre todo, alguien debería haberles dicho que cualquier cosa graciosa de la que se abusa deja de tener gracia pero, más aun, si no la ha tenido desde el principio, el problema va más allá.

Up all night ha emitido su cuarto capítulo la misma semana que se daba a conocer que la cadena NBC le había otorgado temporada completa. Pero que nadie se emocione: sigo pensando que la NBC da continuidad a sus series menos malas o a las que han conseguido que su audiencia no caiga en picado o no se suicide directamente. Quizás es simplemente que los miércoles no son el día más potente y Up all night ha encontrad ahí un resquicio.

La inmadurez, decíamos: Lorelai Gilmore era más inmadura que su hija en la mayoría de las ocasiones o, al menos, se alternaban los roles madre-hija durante los capítulos. Tenían química, era gracioso. Joey, en Friends, bueno, el 80% de los personajes de Friends eran inmaduros, pero hay que saber escribir sobre adultos inmaduros y si no que les pregunten a los de How to be a gentleman cuantos les duró el negocio. Hay veces que simplemente no funciona y por mucho que lo intenten intercambiándose el rol de inmaduro entre los miembros de la pareja o compartiéndolo, simplemente no tiene gracia.

Cuando pedía a gritos, en comentarios anteriores, la presencia de vecinos me refería más o menos a esto, pero no una vez cada cuatro capítulos cuando ya ni siquiera se recuerda si los vecinos son los mismos que la última vez o son otros ni se es capaz de crearse un perfil sobre ellos. Hemos visto tres parejas de vecinos distintas en cuatro capítulos y a ninguna de ellas se le ha concedido más de dos escenas y, sobre todo, ninguna ha repetido en capítulos posteriores. Sigue, por tanto, si haber continuidad entre los episodios; no es que sea obligatorio que la haya, pero teniendo en cuenta el detonante d la serie, yo esperaba que hubiera algo o, al menos, que el asunto de los padres primerizos tuviera un poco más de protagonismo: la torpeza que lleva ser padres primerizos, no las libertades que recorta que es lo único de lo que parece tratar la serie.

Por cuarta semana nos quedamos, por tanto, con un sabor agridulce con Up all night, a pesar de todas las esperanzas que siempre tengo en Christina Applegate.