Sigue la venganza lenta pero segura de Emily. Con la misma estructura que en capítulos anteriores, la psiquiatra de todos los veraneantes de The Hamptons se alzó como la nueva víctima de la joven.
Eso sí, en este capítulo hemos ido un poco más allá y sí que ha habido referencias a venganzas o más bien a víctimas anteriores, sobre todo por la repercusión personal que tienen en algunos de los protagonistas. Algo es algo, se enlazan un poco los capítulos, aunque sigo sin estar al cien por cien a favor de la estructura de los capítulos de esta serie. Tan igual, tan repetitiva, tan predecible...
Aparte de la venganza de turno, este cuarto episodio nos ha ofrecido la explosión del esperado triángulo amoroso con Jack adelantando posiciones con respecto a Daniel y su decaída alcohólica. Veremos cómo se las ingenia Emily para recuperar a Daniel, imprescindible para la ejecución de su venganza mientras evita, o no, enamorarse de Jack.
Habrá que ver también cuanto tarda Jack en descubrir la verdadera identidad de Emily y si eso hace que se acerque más a ella o, por el contrario, se siente engañado por la joven. Lo que está claro es que el día de la fiesta del compromiso Jack está allí...ya veremos en condición de qué. Evidentemente en este triángulo el papel de Nolan es más que importante aunque en este último episodio parece que Emily ha conseguido ejecutar su plan sin tener que acudir a él.
Importancia también ha tomado el recién aparecido mejor amigo de Daniel que se ha alzado con el primer puesto de los enemigos de Emily. El descubrimiento del lado bueno de Victoria (llamo lado bueno al hecho de que estuviera enamorada del padre de Emily) ha hecho que necesitáramos un malo más malo; además este viene con un plus que no tienen los demás: y es que Emily desconoce (o parece desconocer) que el mejor amigo de su novio, y ahora también novio de su mejor amiga, hará cualquier cosa para perjudicarla. Pero...¿con qué fin? ¿qué pretende? ¿Quiere solo recuperar al antiguo Daniel para él o hay algo más? Mi mente malpensada que avanza más rápido que la serie imagina cosas que es mejor no comentar. El caso es que, por primera vez, Emily se encuentra en desventaja con respecto a su enemigo, que actúa a sus espaldas y que se encontraba fuera de su lista. Veremos cuanto tarda en descubrirlo y sobre todo tendremos que ver también cómo afectará esto a su amistad con Ashley en todos los sentidos, no solo porque en algún momento Ashley va a ver como su novio y su mejor amiga se enfrentan, sino también porque la ejecución de las venganzas de Emily cada vez ponen más en riesgo el puesto de trabajo de Ashley, que siempre se ve implicada. Y puede que no sea grave para la trama, pero a mi me preocupa, qué queréis que os diga.
Con esta última venganza Emily ha dado un paso más: no solo ha destrozado la carrera de la psiquiatra, que parece que era el objetivo principal junto con la inculpación de Victoria en el secuestro, sino que también ha conseguido desgastar más, si cabe, la relación entre Victoria y su hija; y, oye, ese camino que lleva ganado la chica para seguir con sus asuntos. Y es que la hija pequeña de Victoria me hace cuestionarme unas cuantas cosas que enredarían más aún la trama. Pero de eso hablaremos en un futuro si los flashbacks de Emily me dan alguna respuesta más.
Y hablando de los flashbacks tengo una duda de las grandes: ¿los flashbacks son recuerdos de Emily al cien por cien? En los que aparece ella, me refiero. ¿O son solo pistas para el espectador? ¿Es Emily plenamente consciente de la relación que tenían Victoria y su padre?
Todavía quedan muchísimas incógnitas por resolver, una larga venganza por ejecutar y Revenge se pone cada vez más interesante.
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