sábado, 1 de octubre de 2011

Dexter: 6x01 comentario

Mi relación con Dexter Morgan empieza a parecerse a la que tuve hace unos años con Michael Scofield. A primera vista del primer capítulo de la nueva temporada parece que ha vuelto el Dexter del principio: el que mata con rabia y sin preocupaciones, el que no tiene que dar explicaciones a nadie sobre sus salidas nocturnas. El pasajero oscuro ha regresado en todo su esplendor y, aun así, Señor Morgan, creo que lo nuestro se está enfriando.

Yo era muy de Rita, de hecho, creo que aun no lo he superado. Ella era la única capaz de humanizar a Dexter. Después de su muerte vimos a un Dexter dolido, salvaje, bastante irracional y más violento aun si cabe. ¿Qué pasa? ¿Se le ha acabado el dolor? Vale, todas las heridas terminar por cicatrizar pero, si tenía que volver el Dexter inicial que volviera con todas las consecuencias. ¿Qué es eso de sentirse cómodo en una reunión de antiguos alumnos? ¿Vamos a ser capaces de relacionarnos con otros seres humanos normalmente? No me hagas esto, Dexter. Y ¿los nuevos malos de la temporada? ¿Vamos a estar todo el invierno viendo serpientes salir del interior de cadáveres? Please, don't!

Las nuevas temporadas tienen que traer cambios y personajes nuevos. De los segundos tengo gana de ver cómo resulta la nueva “assistant” de Masuka; aquella chica a la que Hiro Nakamura llamada “my nemesis” en Heroes y que parece no haber perdido la cara de velocidad.
Y los cambios nos descubren a Maria y Angel divorciados. Ha sido la relación más extrañamente llevada que he visto últimamente en televisión. Se acuestan, se enamoran, se casan, se divorcian a una velocidad que no se si ellos disfrutarían de la relación pero al espectador casi no le dio tiempo a asimilarla. Y es que el personaje de Maria ha dado bandazos inexplicables que sacarían de quicio a cualquier maniático de la coherencia de personajes, véase, una servidora. No entiendo a Maria. Es un personaje al que supuestamente el espectador debería odiar pero de repente da un giro inesperado y se vuelve adorable dos capítulos, llegas a empatizar con ella y ¡zas! otra vez a odiarla.
Quinn también ha cambiado, aunque parece que para bien. Veremos si el amor le vuelve un hombre distinto, familiar, tranquilo, vamos...veremos lo que le dura no sospechar constantemente de Dexter. De momento tranquilo no parece ante su inminente proposición a Debra. Y más le vale que sus intenciones sean las adecuadas, caballero, porque como se le ocurra romperle el corazón a la “Detective fucking Morgan” ya sea por intento de asesinato, engaño o muerte, voy a Miami y monto una masacre yo misma. ¿Alguien había visto tanta desgracia amorosa en un mismo personaje sin ser la protagonista? Si la chica ya casi ni dice palabrotas, al menos no en este primer capítulo. Solo espero que la próxima vez que escuchemos una palabra malsonante de su boca sea para responder “fuck yeah” a la proposición matrimonial.
Dexter ha comenzado frío conmigo, no lo voy a negar. Esperaba más...bueno, mas no, algo distinto. Pero confío en él para que no me rompa el corazón como lo hizo Michael Scofield en su día.

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