martes, 29 de noviembre de 2011

Boardwalk Empire S02E08 - Lo que necesitas es amor (y montones de dinero)

Palabras mayores: un episodio dirigido por Tim Van Patten, responsable de muchas de las mejores piezas de Los Soprano.

Tras la tormenta de acción y emociones del capítulo anterior las consecuencias sobre los personajes principales no podían hacerse esperar.

Efectivamente, Nucky toma una decisión que podría parecer la admisión de una derrota... si no supiéramos que no se renuncia a una inmensa bolsa de cash así como así y sin pasar por encima del cadáver de uno, aunque sabemos que ha estado cerca.

En todo caso, el acontecimiento dispara las expectativas de los enemigos de Nucky al tiempo que el torrente de emociones contenidas en una difícil relación padre-hijo se desborda en humedad narrativa, pero también real, manifiesta. ¿Quién lo diría? Los ricos también lloran, insiste, mentirosa, la ficción.

Pero qué ficción tan magnífica.

Para añadir más tensión a un cóctel que hace tiempo empezó a hervir, Jimmy deja claro que lo suyo no son las medias tintas ni los atajos políticos tan queridos para su ex-mentor y ex-dueño de la ciudad, si no la fuerza pura y simple. Si hay que romper cabezas, se rompen. Cualquier otra solución viene después. Diríamos que Jimmy ya ha tenido bastante y aunque le comprendemos, preferiríamos no estar con él a solas en una habitación. O en la misma ciudad, sólo para estar seguros.

La serie está alcanzando un punto de maduración excelente que distingue la calidad del resto (no, "pues a mí me gusta" no es suficiente criterio como el gusto por la comida rápida no la convierte en buena gastronomía).
Ese punto en el que las tramas horizontales, los argumentos que avanzan episodio tras episodio se entrelazan a la perfección con el devenir emocional de unos personajes de complejidad creciente y que se expresan en diálogos bien escritos, pacientes, tajantes.

BE avanza como uno de esos trenes antiguos que arrancaba lentamente en medio de una tremenda ruidera y nubes de humo, acelerando poco a poco entre silbidos, acelerando, corriendo, y que amenaza ahora con aplastarlo todo al ritmo de una calidad que aumenta ante nuestros ojos tras cada capítulo. No sé dónde parará el tren ni si el destino cumplirá nuestras expectativas pero vaya, es estupendo ser uno de los pasajeros.

No se la pierdan.

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