El episodio “The girl who waited” nos trajo una paradoja en el tiempo, un dilema ético y un amor que resiste todo. (Para ver más)
El planeta entero se ha vuelto una instalación que provee a los enfermos de la oportunidad de tener una vida entera en un solo día. El Doctor y Rory están a salvo, pero Amy es considerada infectada y debe esconderse para evitar ser inyectada con medicina extraterrestre.
Androides enfermeras que solo quiere dar “bondad” persiguen a Amy; que rápidamente aprende a defenderse.
Mientras tanto el Doctor usa el TARDIS para entrar a la otra corriente del tiempo, debido a que el virus es mortal para él; manda a Rory, equipado con unos lentes especiales, su destornillador sónico y una lupa gigante a rescatar a Amy.
Dentro de las instalaciones Rory es atacado por los robots que al no reconocer humanos; le consideran infectado, a su rescate llega Amy, pero ella ha envejecido. Al verlo ella declara que fallaron en rescatarla y lleva décadas atrapada y que no los necesita.
Rory está sorprendido pero no se da por vencido, él ha venido a rescatarla. “no estoy enojado por que has envejecido, estoy enojado porque no envejecimos juntos” le dice.
Solo necesitan encontrar a Amy en el tiempo correcto y guiarla a la TARDIS pero Amy del futuro se niega a ayudar. Le cuenta a Rory como todo esos años que ha peleado no existirían, que su esfuerzo no significaría nada y que ésa versión de ella sería borrada de la existencia.
El doctor concuerda en que ella no puede ser rescatada. Rory se niega e escoger entre las dos Amy. Con su lupa y destornillador sónico logra comunicarse con Amy Pond en el pasado.
Amy le dice a su versión del futuro que aunque no quiera ser rescatada, no puede dejar a Rory sin ella. Que si lo ama, debe ayudarlos.
La longeva Amy acepta con la condición de que también se la lleven a ella. Prometiendo no intervenir en sus vidas. El Doctor insiste en que la paradoja es muy peligrosa, pero que el TARDIS podrá soportar.
Ambas Amy se conectan a través de un solo pensamiento (su primer beso con Rory cuando bailaban la macarena) y con ayuda del TARDIS, logran existir en la misma corriente de tiempo.
Lograda la hazaña los tres tienen poco tiempo para llegar al TARDIS, una flotilla de robots se interpone en su camino.
En la pelea la joven Amy queda inconciente, Rory la toma en sus brazos para llevarla adentro del TARDIS, cuando la Amy del futuro corre detrás de ellos, el Doctor le dice “lo siento” y le cierra la puerta.
Rory esta lleno de ira, demanda al Doctor que la deje entrar, que también deben salvarla. El Time Lord le explica que mintió, que el TARDIS no soportaría la paradoja en el tiempo, que si rescatan a Amy es como si nada hubiera pasado.
Amy, al otro lado de la puerta, ruega porque la dejen entrar. El Doctor le deja la decisión a Rory, quien lo acusa de ser injusto.
Amy escucha a Rory, y le dice que esta bien que comprende que deben dejarla.
En una escena muy emocional, Amy se despide de Rory diciéndole que esos días que ella perdió, son los días que les desea a ellos dos.
De manera casi samurai, Amy decide dejar que los robots la inyecten, no sin antes ver una ultima vez a la Tierra.
La escena final nos deja con un Rory que ve de forma diferente al Doctor.
El escritor Tom MacRae desarrolló de gran manera el dilema que se presenta al final. Al contrario de otros episodios, se siente como Rory ha madurado al final.
El dialogo entre Amy (joven y vieja) con Rory nos muestra el gran amor que se tienen sin llegar a lo cursi o empalagoso.
El director Nich Hurran ensambló maravillosas secuencias de acción, pero los pequeños momentos de desarrollo personajes son los que brillan más.
Como dato curioso Imelda Staunton (Dolores Umbridge en Harry Potter) es la voz de la computadora que conversa con Amy.
“The Girl who waited” es un episodio que les dará mucho de que discutir con sus amigos.
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