“Do not tell us how we should feel. We are dying. That’s how we feel”
Este comentario puede contener spoilers sobre el episodio emitido en EE.UU ayer a la noche.
Oxymoron: expresión que significa “contradicción en términos”. Por ejemplo: “Una comedia sobre el cáncer”. Ya lo mencionamos varias veces: cualesquiera que sean las fallas de The Big C, son estructurales, por haber partido de una premisa, si se quiere, difícil.
En este episodio, a pesar de que todo parecía indicar que el cliché a cubrir era el de “la familia viaja al extranjero”, el desenlace de la historia de Lee se apresuró para enfrentar a Cathy y a los televidentes con la inmensidad del drama que en realidad se esconde en la idea central de la serie. Envalentonada por el éxito del tratamiento experimental que está realizando, Cathy, o mejor dicho, los guionistas de la serie, se dieron el lujo de focalizarse toda la temporada en las historias más o menos comédicas del resto del elenco, haciendo que de ambos lados de la pantalla hubiera una amnesia temporaria. Obviamente la realidad estaba esperando para salir con toda la fuerza, y enfrentar(nos) con una salida más realista para nuestros personajes en estado terminal. No por esperable la historia es menos dramática, y Laura Linney nuevamente muestra porque es una de las mejores actrices trabajando en cualquier medio. Claro, actriz dramática, más allá de lo que los 30 minutos que duran los episodios y las nominaciones a los Emmy indiquen.
En realidad, todo el episodio resulta especialmente negro, con cierres o casi cierres dramáticos para la mayoría de las historias: Andrea y su compromiso, Adam y Poppy (otra invitada, Parker Posey), y hasta Paul con su decadencia laboral y moral. Lo único que podría considerarse un punto positivo es la reaparición de Sean, pero con el pathos del personaje, difícilmente se trate de un final feliz de todos modos. Tono siniestro al margen, el guión retoma algo que estaba olvidado, que es tener un tema central para el episodio, y en este caso son las mentiras y egoísmo, y el callejón sin salida que ambos representan.
La semana que viene cierra la temporada, con lo que los adelantos dejan ver como un “triunfo del espíritu” o algo así. Para el caso, la temporada podría haber cerrado aquí y hubiese resultado igualmente efectiva.
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