Golpes bajos. Una serie con la temática de The Big C puede caer en hacerlos su modus operandi, u evitarlos del todo. Hasta ahora, los venía evitando con muchísima cintura. Es más, los peores (en el sentido de “los más deprimentes”) momentos de la serie, fueron manejados de manera conmovedora, pero nunca efectistas.
Y entonces,¿por qué este episodio? La fecha de renovación de la serie para una tercera temporada nos indica que probablemente los productores tenían que terminar la temporada de manera que tuviera sentido tanto como episodio final-final o como final a continuar el año que viene, sin saber el destino que les deparaba la cadena. Las opciones eran, terminar entonces en una nota de esperanza (que de hecho, es a donde apuntaron los primeros 25 de los 30 minutos que dura el episodio), o con un golpe bajo. Sin ser reiterativo, se imaginan por cual optaron.
La historia retoma donde la dejamos la semana pasada. La muerte de Lee deja un “sonriendo a través de las lágrimas” (¿ven? Drama, sin golpe bajo), Sean está de vuelta, Paul lidiando con las consecuencias de su comportamiento infantil de la segunda mitad de la temporada, y un poco de esperanza para la vida sentimental de Adam.
Cathy, del mismo modo impredecible que se viene comportando desde el comienzo de la serie (hay un diálogo con Paul que arroja un meta-comentario sobre esta aleatoriedad, que se aplicaría completamente al trabajo de los guionistas más que al comportamiento del personaje que ellos escriben), decide terminar el proyecto inconcluso de Lee: correr la maratón de año nuevo. Por supuesto, enferma terminal, en tratamiento experimental y sin entrenamiento. Debemos suponer que es el modo de que nos parezca “inspirador”.
Claro, como ya venimos diciendo, no importa lo negro de las resoluciones, la protagonista es lo único que mantiene la continuidad de la serie, asi que sabíamos que terminando o no su maratón, Cathy podía quedar un poco maltrecha pero no muerta. Al final de la primera temporada, la vuelta de tuerca fue la muerte de Marlene (quien reaparece en un necesario cameo para la trama), y la muerte de Lee estaba cantada desde el principio, y de hecho ocurrió una semana atrás. Y entonces tenemos un cameo de Lee. Marlene y Lee, ambos muertos, en una “visión” de Cathy. Y un tercer personaje que no vamos a spoilear innecesariamente, pero que cae en el ya mencionado golpe bajo, para más, manejado como el peor cliché al estilo Sexto Sentido.
Una lástima. Me gusta la serie, y quisiera que me gustara aun más, pero hay elecciones creativas muy difíciles de remontar, no importa lo bien actuadas que estén.
The Big C vuelve el año que viene, o con importantes cambios en el elenco, o con una vuelta de tuerca que le quitaría todo el peso a este final y la credibilidad a la serie. Veremos. Y comentaremos.
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