Una serie que habla de las fiestas que se montaban en el Playboy Club con el beneplácito de Hugh Heffner? Tendría que ser la bomba, ¿no es así?
Pues nada más lejos de la realidad... Si Mad Men puso de moda las series de época, esta vez avanzamos un paso más queriendo vendernos un producto gamberro, que de gamberro no tiene nada.
Lo que encontramos bajo las puertas de The Playboy Club son historias que podrían suceder en cualquier serie que hable sobre bares: amor, misterio y secretos. Todo convenientemente dosificado en pequeñas píldoras para que el espectador vaya adentrándose en el Chicago de principios de los sesenta.
Nick Dalton, de profesión truhán
La protagonista es Maureen la nueva Conejita del famoso local, que sueña con ser artista pero que se tiene que conformar con vender cigarrillos. Hasta que conoce a Nick Dalton un apuesto abogado que se queda prendada de ella, a pesar de que ya tiene su propia Conejita: Carol-Lynne, la que fue la primera Conejita del local.
El azar y un desafortunado accidente harán que Maureen y Nick compartan un secreto que es malintrepretado por Carol-Lynn, cuando estos tienen que abandonar el local para deshacerse del cuerpo de un jefe mafioso muy influyente y Carol-Lynn piense que lo que realmente hace que se marchen juntos es que quieran enrollarse.
Su estreno no ha sido muy exitoso y ya se comenta que podría haber rumores de cancelación. Imagino que los guionistas tendrán preparados varios trucos para que los espectadores no le den la espalda a esta serie.
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