Se vio un hilo de esperanza para Up all night después de este segundo capítulo. La cámara ha conseguido despegarse de la cara de Christina Applegate y ha dejado que otros personajes entren en escena.
El personaje de Chris, el marido, empieza a coger algo de protagonismo; vemos que es capaz de relacionarse con gente real e incluso tener algo de gracia en lugar de parecer un inmaduro y un vago que solo habla con su amigo virtual y compañero de partidas de videojuegos que, por cierto, ha desaparecido por completo. En este capítulo los dos miembros de la pareja se encuentran en el mismo nivel de inmadurez que parece que es lo que pretenía la serie: una pareja joven que acaba de tener un hijo y debe renunciar a su “libertad” (entiéndase la palabra libertad en este contexto). Últimamente parece que se lleva mucho el síndrome de Peter Pan en las series, películas, canciones...es la forma amable de decir que nos encanta ver adultos que se niegan a crecer y se comportan de manera inmadura; este año pueden verse tres o cuatro estrenos que incluyan personajes de este perfil.
Los secundarios entran en acción. ¡Ya era hora! Era necesario. Ya lo decíamos la semana pasada. Una sitcom no puede sostenerse en un par de personajes. Ava está mucho más comedida o más bien menos exagerada en este segundo capítulo; sigue siendo la que recuerda a la vida anterior de la pareja, antes de que naciera la niña y “les cambiara la vida” pero sin resultar molesta al espectador.
Y ¡por fin! Han aparecido más secundarios. Hacía mucha falta que la pareja protagonista tuviera vecinos y cuanto más raros, mejor. Si continúan introduciendo este tipo de roles la serie podría enriquecerse notablemente.
Parece que Up all night quiere crecer...al menos en una semana ha hecho el esfuerzo. Aun les queda tiempo para ir mejorando. Veremos...
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