Mi resumen en una frase del noveno capítulo de Revenge es: si Emily fuera un dibujo animado probablemente habríamos visto como le explota la cabeza. Y es que la última escena del episodio consigue dejarnos con la boca abierta. Si no era suficientemente fuerte que Kara le confesara “su” verdad a Jack, a éste no se le ocurre otra cosa que ir a contárselo a Emily. Me vais a perdonar pero...¡este tío es tonto!
Sí, definitivamente Kara no se fue a París ni a ningún sitio; se quedó allí, en The Hamptons, que le parecía que la estaban tratando bien. Y Jack, necesitado de cariño se lanza a la piscina. Sí, las relaciones en Revenge son así de rápidas, así que nos ofrecen una escena digna de Titanic (no del final de Titanic, se entiende). Y mientras Emily se cabrea: se cabrea porque su plan de deshacerse de Kara y poder seguir con su venganza particular se ha visto truncada, pero en su cara no hay solo rabia...¡maldita sea, hay celos! Está celosa porque, antes incluso de confesar, Kara ya está ocupando el papel que debería haber tenido Amanda en el supuesto de que nada hubiera sucedido años atrás. Claro que con la confesión su cerebro ya entra en una especie de cortocircuito que la deja sin reacción alguna ante la cara de felicidad de Jack.
Y mientras por un lado las cosas se estropean, por el otro y con la sonrisa y actitud más falsa de la historia, Emily intenta hacer las paces con Victoria (“por el bien de Daniel” dice Victoria; “por el bien de las dos” dice Emily). El caso es que firman una tregua de sonrisas falsas y piropos forzados todo muy rodeado de glamour, eso sí.
Con quien también hace negocios Victoria, o eso cree ella, es con Declan. En una escena muy de drama de ricos y pobres la señora Grayson se presenta ante el “novio” de su hija y le ofrece dinero por dejar de verla. Aquí Charlotte, un personaje que a mi me sobra bastante pero algo hay que hacer con Declan, interpreta el mejor de los papeles llorándole a su madre mientras le dice que Declan la ha dejado y que está desolada. Así su madre le levanta el castigo para que se entretenga con sus amigas y ella se escapa a ver al joven. Adolescentes citándose a escondidas de sus padres...algo también muy de serie de ricos y pobres.
Y como no va a ser todo dramas amorosos, que también en este caso derivará en ello, en la carrera por ser mejor que Daniel, Tyler tendrá que depender de Nolan mientras Emily nos introduce a un nuevo personaje (del pasado de su padre,al parecer) que está ahí para ayudarla, o en este caso para ayudar a Daniel....aunque más bien para perjudicar a Tyler, que en su avaricia y hambre de poder baja la guardia con Nolan y Ashley les pilla en la peor de las situaciones. ¡pobre chica! Qué disgusto. Aunque era necesario, la verdad. Ashley y Tyler tenían poco que hacer ya y la evolución que estaba tomando la chica era bastante negativo como personaje.
Así que ahora tenemos a Tyler entre la espada y la pared, un nuevo colaborador en la vida de Emily, romances adolescentes clandestinos y un falso pasado para alegría de Jack y desgracia de la protagonista. ¡Más madera! que diría Groucho Marx.
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