martes, 13 de diciembre de 2011

Boss: Un Monólogo de Kelsey Grammer

Finalizada la primera temporada de Boss, (el pasado viernes fue emitido el octavo y último capítulo), es una buena oportunidad para hacer una reseña de esta nueva propuesta de Starz.

Si bien hemos visto luces y sombras en esta serie, consideramos la misma como una saludable iniciativa . A partir de ahora, este comentario contendrá spoilers para todos aquellos que no hayan visto la primera temporada de Boss.



¿Que es Boss? Si bien en los primeros minutos de la serie todo hace suponer que estamos frente a la historia de superación personal, de un enfermo terminal que sobrelleva su mal en el duro entorno de la política comunal de Chicago, a medida que vamos conociendo mejor a Tom Kane (Kelsey Grammer) vemos que el tema central de la serie es El Poder. El ejercicio del poder, la lucha por el poder y fundamentalmente el abuso del poder en el sentido mas crudo y descarnado.

Tom Kane es el Alcalde de la ciudad de Chicago, y el político mas poderoso del Estado de Illinois. En el inicio de la historia recibe la desagradable noticia que padece un síndrome degenerativo neurológico, el cual en forma progresiva, en menos de cinco años lo convertirá en un vegetal casi sin funciones vitales. Solo la ingesta de poderosos psicofármacos le posibilitarán hacer una vida, relativamente normal, y solo por algún tiempo. Este mal es incurable, y el daño que produce en su cerebro, irreversible.

La enfermedad de Kane  es omnipresente, su obsesión por ocultarla, los primeros indicios físicos, los lapsos de pérdida de memoria, pero con el correr de los capítulos, esta historia va perdiendo importancia y va dejando lugar al juego de poder en el cual Kane es mostrado como un maestro inescrupuloso e implacable.

Inicialmente, Kane en su accionar político nos recuerda a Tom Carcetti, el genial personaje interpretado por Aidan Gillen en The Wire, sin embargo a medida que lo vamos conociendo, el personaje de Grammer es mucho mas despiadado que Carcetti, y no duda en utilizar en sus manipulaciones a sus seres mas queridos, a la hora de mantener el poder. Kane mas que Carcetti es un Nucky Thompson del siglo XXI. Un Julio Cesar que en lugar de terminar apuñalado por quienes lo traicionan, logra descubrir las intrigas que se tejen a sus espaldas, y termina destruyendo a todos los conspiradores, uno a uno y sin la menor piedad.

La interpretación de Kelsey Grammer es fantástica y es muy probable que por ella obtenga nominaciones y quizás algunos premios. En pocos minutos puede transformar su máscara de dolor infinito y desconsolado, en la de un personaje poderoso, frío e intimidante que obliga con la mirada, literalmente, a inclinar de rodillas a sus adversarios.

El guión es muy inteligente a la hora de darnos, en principio una imagen ambigua y engañosamente benévola  del protagonista. Kane nos seduce con su encanto e inteligencia, pero luego va develando su verdadera personalidad como un animal político de la peor calaña, casi en un monstruo obsesionado por el poder y vengativo. La descripción mas exacta del personaje la hace, en su confesión final y descarnada, el asesor de Kane Ezra Stone (Martin Donovan), "en esta oficina hemos hecho cosas terribles, solo para mantener tu poder"..

Todo lo bueno que tiene el guión para describir a Kane como personaje, se desdibuja a la hora de mostrar a su entorno. La esposa de Kane, su hija, sus asesores, los adversarios políticos ninguno de ellos llega a delinearse como un personaje interesante. Todos funcionan como satélites de Kane, pero quedan muy eclipsados por este en su desarrollo, motivaciones y profundidad.

El cast es desparejo, fuera de Grammer, solo es posible destacar a Martin Donovan, como el eficiente Ezra Stone, y a Troy Garity como el tenaz periodista Sam Miller. El resto, desentona. Tanto Connie Stevens (muy afectada como actriz por la cantidad de botox que tiene en su rostro), como la bella pero inexpresiva Hannah Ware, esposa e hija de Kane desperdician gran parte de las escenas que protagonizan. Del mismo modo, no me han gustado las actuaciones de Kathleen Robertson como la asesora Kitty O Neill y de Jeff Hephner como el candidato a gobernador Zajac como atenuante debo decir que ambos fueron menos favorecidos por un guión que los obliga a mantener sexo como adolescentes desesperados, cada vez que se encuentran...

De todas maneras, el balance de la serie es positivo. La gran interpretación de Grammer y la muy interesante historia de Tom Kane valen la pena por si solas como para disfrutarlas. Starz ha confirmado la renovación de Boss para una segunda temporada de diez capítulos,  los cuales se emitirán a finales de 2012. Sin dudas seguiremos con ella. 

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