“Never look back, never!”
Entonces, cuando las cosas empiezan a hacer agua, nada mejor que un poco de comedia bien de trazo grueso. Les juro que no es ironía: es justo lo que le faltaba al programa.
Cuando comentaba el último episodio, mi queja era que realmente no estaba haciendo reír, más allá de que otras cualidades seguían intactas. Se nos venía el episodio navideño encima, y realmente tenía miedo de quedar tapado bajo una montaña de edulcorante.
Ye entonces es como la serie pega el volantazo, y sale con algo indudablemente obvio, pero probablemente por eso efectivamente gracioso, sin perder ninguna de las cosas que hacen que uno, quejándose o no, sintonice todas las semanas.
La premisa era fácil: por desentendimientos varios y la ausencia de la madre de Claire y Mitchell, los Pritchett y los Dumphy deciden festejar navidad el 16 de diciembre. “Navidad express” la llama Phil, y claro, como toda propuesta traída de los pelos, TIENE que venir de Phil.
La familia se divide las tareas, y como es esperable, nada sale como debe.
Esta “división de las tareas” da el pié a lo que siempre es el punto fuerte de Modern Family: hacer pares con personajes que uno no esperaría, y descubrir la química en esas relaciones. Brillaron en este episodio Gloria y Luke. Déjenlo a Luke para señalar lo obvio (Gloria habla una media lengua que pasa de simpática a inentendible) y a Gloria para aplicar su extraño sentido común para resolver unas cuantas situaciones de las que es directamente responsable (su metodología: mentir, hacer de cuenta que no sucedió, culpar a otro). Igual, démosle crédito a Gloria por identificar que es lo que estaba faltando en esa falsa navidad y tratar de resolverlo.
Un párrafo aparte merece Ty Burrell, cuya comedia física es sin par. Independientemente de que Phil suele tener los mejores chistes del guión, una cara, un gesto con su brazo, una mirada y la escena es suya. Cuando además el “straight man” para sus chistes es Manny, estamos hablando de oro en polvo para la comedia.
Claro que el final no podía tener el toque sentimental, doblemente esperable esta temporada, de por sí sentimentaloide, y por ser el episodio navideño. Pero resuelto también con un chiste (en este caso, yendo a lo probado y efectivo: la difícil interacción entre Jay y Cameron).
Este episodio igual no “arregla” nada, queda por verse en un mes más o menos, cuando la serie vuelva, si lo hace con los cartuchos recargados o seguimos como venimos hasta ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario