Han ha decidido, en una brillante estrategia de marketing, subir el precio de los tampones de la máquina expendedora que hay instalada en el baño del dinner.
Max está totalmente en contra y pretende pararle los pies a su jefe.
Y la idea de cómo hacerlo le viene dada por Caroline cuando están haciendo la compra para ir a visitar a Chestnut que ya no vive con ellas, debido al frío invierno de Brooklyn y ahora está al cuidado de una millonaria en una granja.
Max le explica a Caroline lo que son los cupones de descuento y ésta enloquece con las posibilidades de negocio que tiene semejante invento.
La brillante de idea de Caroline es juntar cuantos más cupones mejor para comprar mezcla para hacer los cupcakes de Max y así ahorrar y poder sacar más beneficios. Pero además Caroline le lleva a Max muchos tampones que ésta utilizará para regalar a las clientas en medida de protesta ante la subida de precios por parte de Han.
el pobre no tiene más remedio que ceder a las provocaciones de Max y volver a bajar el precio de los tampones de la máquina expendedora.
En su estudio de mercado sobre los cupones, Caroline ha descubierto a Coupon Queen, la Reina de los Cupones, que es una especialista en ahorro y da consejos sobre cómo aprovecharse mejor de esas ofertas. La casualidad quiere que Caroline y la Reina de los Cupones se encuentren en el supermercado y entablen una encarnizada e hilarante lucha por conseguir el descuento de 23 dólares al comprar 40 paquetes de mezcla para hacer cupcakes. Max empieza a pensar que esa malsana obsesión por los cupones no puede ser buena y deja a Caroline sola para ir a ver a Chestnut, creyendo que le importa más el dinero que su caballo, lo único que le queda de su anterior vida.
En el supermercado Max había comprado una tarjeta de felicitación para el cumpleaños de su madre, pero Caroline insistió en que le hiciera un mejor regalo. Para Max su madre nunca ha sido un ejemplo de nada y no ha estado por ella cuando lo necesitaba.
Así se lo cuenta Max a Chestnut y le explica que su madre, Caroline, tampoco vendrá.
Pero finalmente, Caroline aparece con el descuento y los paquetes de mezcla para cupcakes. Parece ser que no todos somos iguales...
Episodio de la vuelta del parón que sufren las series en Navidades que arranca un poco flojo pero termina siendo brillante sobre todo cuando personajes como Han sueltan burradas a las que Max suelta burradas todavía mayores.
Su éxito continúa imparable en EEUU y que así siga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario