jueves, 5 de enero de 2012

Anteriormente en... 2 Broke Girls


Ay, la crisis... De un modo u otro nos está afectando a todos. Situación que han aprovechado en EEUU para sacar tajada (cómica) del asunto. Y si a esto le unimos los ricos que roban (de candente actualidad en España con el yerno del rey) tenemos una nueva sitcom que está arrasando tanto en Norteamérica como en España donde TNT ya la ha estrenado como Dos Chicas Sin Blanca.

Caroline, una Paris Hilton de la vida, se queda sin blanca después de que su padre defraudara a Hacienda y ahora esté en la cárcel. Adiós a las limusinas, la ropa cara, la joyería fina y los restaurantes de lujo. Termina en un dinner de Brooklyn en el que tras un par de enfrentamientos verbales con la camarera Max, esta última le ofrece alojamiento por una noche.

Lo que tenía que ser solo por una noche termina convirtiéndose en una bonita amistad de  "te odio, te amo" en la que las pullas no dejan de sucederse, sobre todo por Caroline terminará por ser camarera en el mismo dinner que Max aparte de compartir piso y un sueño común: crear una empresa de cupcakes, ya que Max es muy buena pastelera y Caroline, una genio de las finanzas (o eso cree ella).

Y así, episodio a episodio, iremos viendo cómo se las apañan estas dos chicas sin blanca para ganar dinero para poder montar su propia empresa. Pero cuando eres pobre, a veces ya tienes bastante con ganar para comer o hacer frente a cualquier imprevisto que llegue ese mes. 

Estamos a una sitcom muy de los 80/90 con risas enlatadas, humor un poco cafre y grosero en ocasiones y muchos equívocos y juegos de palabras, que en la traducción ya hemos visto que se están perdiendo. Aun así, su éxito se debe al carisma de sus protagonistas como otras series parecidas (tipo Happy Endings). Max es chabacana y poligonera a más no poder y su única arma ante la triste vida que ha vivido es el sarcasmo, la ironía y su lengua de trapo, mientras que la finura de Caroline y su inocencia ante las cosas reales de la vida nos da entre pena y ternura. 

Conozcamos a los personajes un poco mejor: 


Caroline llega a Brooklyn completamente arruinada y solo le queda su caballo, Chestnut, que es un amor, el pobre lo que tiene que aguantar. El conocer a Max le cambiará la vida, pero no para bien precisamente...


Max ha tenido una infancia difícil y se ha forjado su caracter por sí misma. No se deja intimidar fácilmente y a pesar de esa alma choni y poligonera se hace querer porque dice las cosas como le vienen y no se calla ni debajo del agua.


Han, el dueño del dinner donde trabajan las chicas está todavía adaptándose a la cultura norteamericana y le cuesta ver ciertas cosas como normales y aceptar ciertas costumbres. Sus constantes metidas de pata y sus ideas de marketing loco le hacen uno de los personajes más entrañables.


Oleg, el cocinero salido. No hay otra manera de describirle. Si hay una chica delante que tenga cuidado. Y si es Max, más. Y si son Max y Caroline todavía más. Tiene salida para todo, siempre quiere tener la última palabra y siendo tan persistente, mucho me temo que termine saliéndose con la suya.

Otros personajes son Earl, el cajero del dinner, Peach, la multimillonaria madre de  Brangelina, unos gemelos de los que cuida Max, Johnny, un artista en ciernes y Chestnut, el caballo de Caroline. Pero ya volveremos sobre ellos, que tienen también mucho que contar. 

Una serie sin demasiadas pretensiones pero qué consigue su propósito: arrancarte más de una sonrisa en 22 minutos.








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