“Good to see you, Betty Luke”
En estas
series que hacen 22 o más episodios por temporada, la única manera de hacer un
pequeño ‘control de calidad’ o al menos de mantener la coherencia, es con
alguien que se haga cargo de supervisar todos los guiones. Esa persona se suele
llamar productor ejecutivo, y a veces en
la prensa especializada, show runner. Hay productores ejecutivos que tienen una
“voz” particular, que mantienen un apretado control sobre el producto final, y
otros más relajados que dejan hacer a su equipo de guionistas. Claramente Steve
Levitan, el creador y productor ejecutivo de Modern Family, cae en el segundo grupo, o al menos así es como está
manejando esta tercera temporada.
Es la única
manera que se me ocurre de justificar lo despareja que está resultado, y la
diferencia de encares para diferentes episodios. Está muy bueno que no dependan
de una formula inflexible (si bien hay reglas claras que se repiten: como ya
mencionamos, rompiendo con el estructura clásica de argumento a/argumento b de
las sitcoms, Modern Family adhiere a
un modelo a/b/c), pero también el televidente queda con un efecto montaña rusa,
y con tanto sobresalto negativo, al borde de abandonar por completo.
Toda esta
larga introducción es para hablar del episodio 14 de la temporada, que fue
bastante diferente de los últimos (que ya quedó establecido, no me gustaron
para nada), y si bien no puedo hablar de que sea mejor, por lo menos es un paso
en la dirección correcta. Señor Ben Karlin, que escribió este episodio, quiero
ver que más tiene entre manos.
La
diferencia fue que partiendo de un par de situaciones exteriores a los
personajes, se exploraron los temas usuales de otra manera.
Por un
lado, Phil se relaciona con un potencial socio que parece tener…otras
intenciones con Claire. La serie de confusiones y chistes basados en el
lenguaje corporal de los personajes fueron graciosos sin ser forzados (una vez
mas Ty Burrell queda expuesto como el
centro comédico de la serie). Por otra de esas complicaciones televisivas, Cam
y Mitchell se tienen que instalar en casa de Jay y Gloria, desprendiendo dos
historias: una de Mitch y su padre, la otra entre Gloria y Cam. Y hay una
cuarta historia que involucra a los chicos Dumphy.
Lo bueno es
que todas estas historias rondaron un tema común (celos manifestados de
diversas maneras), y las situaciones hasta cierto punto forzadas sirvieron de
catalistas para resaltar las relaciones entre personajes. Resulta refrescante
ver que Phil y Claire, por más que se enervan mutuamente y están desgastados
por años de relación, siguen queriéndose genuinamente.
Y hay que
quedarse hasta el último segundo, para conocer a un futuro clásico en la mitología
de la serie: Betty Luke.
Lejos de
ser un episodio perfecto, pero al menos un episodio gracioso, y más
importante, un episodio MEJOR que los últimos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario