"Dylan, please shut the door."
Ok, ¿por donde empezar, entonces? o mejor dicho, por donde empezar a terminar.
Si, el episodio fue mejor que los diez últimos. Pero ni se acerca a nada de las primeras dos temporadas, ni siquiera a los magníficos primeros tres de esta misma temporada.
Hubo risas, de verdad. Y hubo lágrimas, innecesarias lágrimas. Y estuvo la musiquita de guitarra con la voz en off que me hace querer salir a cometer asesinatos por la calle.
Las risas vinieron de algunas de las cosas en las que hemos podido confiar siempre: la comedia física (en serio, Cam como la Mujer Maravilla, Phil bailando... clásicos), la interacción de los Dumphy como padres, que mostraron algo de la mejor comedia a la que Steve Levitan (creador de MF, que escribió y dirigió este episodio) nos tenía acostumbrados, en todo, desde los halagos fuera de lugar a Alex a los argumentos para convencer a Hayley. El personaje de Dylan, que con su idiotez no puede menos que hacernos reír, pero que como la idiotez de Phil o la de Luke, solo funciona si está escrita con inocencia y non-sequitours y no con la sutileza de una comedia de Chuck Lorre, como pasa a veces.
Pero también está todo el resto. Jay, Manny y Gloria ya cansan, y la “vuelta de tuerca” con respecto a ese grupo familiar la puedo prever como insostenible (sólo el nuevo toque de “familia moderna” que le va a traer al programa me da alguna esperanza), y la salida por el drama de la historia de Cam y Mitch fue el “WTF” más grande del que tenga memoria.
Es cierto, en algún momento me desilusioné con la serie, y de ahí en más me fue imposible seguir viéndola con los mismos ojos. Hubo cambios, como remover los elementos de comedia más absurdos y agregar el tan mentado “corazón”, pero también, viendo este episodio, armé otras dos cosas que me estuvieron molestando, y que básicamente, son las que hacen que este sea mi último comentario sobre la serie.
Cuando Modern Family salió por primera vez al aire, se destacó por tres cosas: por mostrar una realidad de familias ampliadas que se ven por todos lados, MENOS en la televisión, por incluir a una pareja gay en el centro de la historia, integrada a su familia y con dinámica propia, y finalmente, por incluir una mujer latina en un papel no lateral ni de servicio doméstico.
¿Y que pasó con esto? Bueno, tenemos a la pareja gay más asexuada de la historia. Ojo, entiendo que esto es la ABC en prime time, no voy a esperar escenas de Queer as Folk, pero pasado el (hilarante) episodio de la falta de contacto sexual entre Cam y Mitch, no hay una sola muestra de afecto entre estos dos personajes que los posicionen como compañeros. Si como padres, hermanos, hijos... pero con esto resignando cualquier otra identidad que no sea completamente heteronormativa. Matrimonio, hijos, un compañero que trabaja y el otro es de facto ama de casa... podría ser una sitcom de los 50. Y cuando nos recuerdan que son gay, es porque están haciendo una mariconada. Y antes que me digan que estoy exagerando, díganme que la caricatura de la cita de Alex para el baile, pasada la risa inicial cuando lo identificamos como gay no pasa al patetismo.
Y si los estereotipos gay son malos... no me hagan empezar con los latinos. La idiosincracia de Gloria pasó de ser encantadora a ser la mas burda caricatura. Por un lado , escuchen el acento de Sofia Vergara en uno de los primeros episodios, y escúchenlo ahora: ¿Notan el cambio? Pasó de ser una persona perfectamente bilingüe con un acento cargado a una colección de clichés sobre como los americanos escuchan a un latino “intentando” hablar en inglés. Y los toques que eran interesantes, como comprender el gusto por el fútbol o las telenovelas, pasaron a la situación de telenovela en el hospital, que de nuevo, pasa de comedia a xenofobia en segundos. Como televidentes de culebrones, claro que identificamos lo que nos hace reír. Pero imagínense televidentes norteamericanos, simplemente reforzando estereotipos. Si hubieran hecho un argumento así con la comunidad afroamericana, todavía tendrían que estar pidiendo disculpas.
Estos dos puntos, que me irritan, son en realidad señales. Señales de la pérdida de sutileza, de dejarse estar en el éxito y solo preocuparse por continuarlo.
Hay una máxima de las sitcoms que dicen que una serie “jumped the shark”, como código por “se arruinó para siempre” cuando tienen que agregar a un bebé a la trama. Los dejo que saquen sus propias conclusiones cuando terminen de ver el episodio.
Gracias por leer, y buenas noches.
En parte estoy muy de acuerdo contigo, pero por otra parte creo que eres muy duro en algunos temas.
ResponderEliminarCon el tema de los clichés en general, desde el principio explotan distintos clichés la típica familia americana, fría relación suegros yernos, relación padre hetero-hijo gay, padre que tras romper muchos años de matrimonio se casa con una de la edad de su hija, el doblemente explotado cliché "Lisa Simpson"... entre un largo ect.. que quiero pensar que no tienen una mala intención detrás.
Hay unos que salen como elefantes entrando en una joyería como lo de gay "urbanita" y gay "paleto de pueblo" o lo de latina "gritona". Pero son cosas que como serie de ficción exageran situaciones que muchas veces en la realidad se superan.
Creo que el balance tanto para la comunidad LGBT y de latinos de esta serie es muy positivo, ya que demuestra unos valores de tolerancia, solidaridad y familiaridad recíprocos que series como QAF tenían en un 2º plano. Coincido contigo en que el sexo no esta ni en un segundo plano, sino que directamente no existe entre Cam y Mitchel; al menos una situación como lo de Phil y Claire cuando se queda desnuda en público o así...pero en fin...pasar del extremo del huracán Bryan Kenney a los conservadores Micthel y Cam es no atinar en el término medio donde esta la mayoría.