viernes, 2 de noviembre de 2012

Team Morgan: la vuelta de Dexter


Estos primeros cinco capítulos de Dexter han tenido toda la emoción de la que careció la serie en la temporada pasada. Salvo en contadas ocasiones, escenas muy puntuales, la sexta fue la peor temporada de Dexter, pero con recordar el “oh, God!” con el que terminó, sabía que, al menos, nos quedaba una esperanza de reconciliación para esta séptima temporada.

Retomamos la historia en el punto exacto donde la habíamos dejado, no cabía otra posibilidad: Debra no da crédito al encontrarse a su hermano asesinando a su última víctima, Travis. Llama la atención la capacidad de reacción de Dexter para dar explicaciones a pesar de su susto inicial.
El montaje del capítulo nos hace pensar en una huída por parte de Dexter. Menos mal que no ha sido así porque durante gran parte del episodio he pensado que sí habían conseguido defraudarme, otra vez, y en los primeros minutos nada menos.
Pero no, “Are you…?” es probablemente, uno de los tres mejores episodios de Dexter en toda su historia. Asistimos, por primera vez, al inicio de la caída del (anti)héroe. El mayor temor de Dexter no es la muerte, es que le pillen y, más aun, que le descubra su hermana a la que tanto ha querido y necesitado proteger. ¿y ahora qué? El desmoronamiento de Dexter comienza en el momento en que entra en su casa y se encuentra todos sus secretos esparcidos en el salón y la mirada desconcertada de su hermana. ¿Qué quéreis que os diga? Era necesario que algo así sucediera. Si los creadores tienen pensado terminar la serie en un par de temporadas más y, como ha dicho uno de ellos, las temporadas siete y ocho, van a componer el desenlace en conjunto, era lógico que Dexter fuera iniciando el descenso a tierra. Igual esto ha sido un aterrizaje forzoso, prácticamente, pero tal y como se habían venido desarrollando los últimos acontecimientos en la sexta temporada tanto Dexter como nosotros, los espectadores, necesitábamos un buen bofetón.
Me explico: el enamoramiento repentino de Debra hacia su hermano gracias a unas sesiones terapéuticas no podía traernos nada bueno, no llevaba a ningún sitio salvo a terminar de convertir a la pequeña de los Morgan en un despojo de personajes. Y la única manera de que se le pasara el encaprichamiento era con terapia de choque…creo y espero que haya funcionado. Ahora es ella la que se encuentra en una encrucijada y dudo bastante que la confusión de sus sentimientos hacia Dexter vaya a influir en modo alguno; es más bien el conflicto entre el deber y el querer lo que hará vivir a Debra en una permanente contradicción durante esta temporada. Era el drama que le faltaba a Teniente “fucking” Morgan ya que en las últimas temporadas la serie parece ir de desgracia en desgracia para ella.
Debra ya no sabe donde meterse, ahora es ella la que parece salvarle el culo a su hermano para que no sea descubierto porque Laguerta anda haciendo investigaciones por su cuenta. Al final Debra terminará realmente de psiquiátrico.
Me queda la duda de cómo va a ser posible mantener este ritmo durante dos temporadas que son las que nos quedan. Ya vamos apreciando, según han avanzado estos cinco primeros episodios, un descenso de la intensidad, por muchos “fuck” que suelte Debra a lo largo de cada capítulo. ¿Tenemos el “Team Morgan serial killers”? Habrá que verlo.
¿Y qué pasa con el resto de personajes? Pues poca cosa o nada…ni nos importa, por otra parte porque el bombazo ha sido tal en la trama principal de la serie que no hay posibilidad de que ninguna subtrama pueda interesar al espectador. Ahora, cualquier cosa que no sea intentar asimilar el shock de Debra o los nuevos planes de Dexter, parece relleno: ni lo insoportable que sigue siendo Laguerta, ni la muerte de Louis, ni los intentos de reconciliación de Quinn y Batista…¡qué diablos! Ni siquiera el asesinato de Mike ha conseguido alterarme.



Aun así y como es imposible que en los capítulos que restan la trama vaya a centrarse exclusivamente en Dexter, Debra y su crisis familiar, esperemos que los personajes nuevos que nos han preparado, club de strip-tease incluido, consigan compensarnos el sopor de la temporada pasada y hacernos olvidar todos los momentos bíblicos que nos hizo sufrir. De momento, van por el buen camino.

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