Estos primeros cinco
capítulos de Dexter han tenido toda la emoción de la que careció
la serie en la temporada pasada. Salvo en contadas ocasiones, escenas
muy puntuales, la sexta fue la peor temporada de Dexter, pero con
recordar el “oh, God!” con el que terminó, sabía que, al menos,
nos quedaba una esperanza de reconciliación para esta séptima
temporada.
Retomamos la historia en
el punto exacto donde la habíamos dejado, no cabía otra
posibilidad: Debra no da crédito al encontrarse a su hermano
asesinando a su última víctima, Travis. Llama la atención la
capacidad de reacción de Dexter para dar explicaciones a pesar de su
susto inicial.
El montaje del capítulo
nos hace pensar en una huída por parte de Dexter. Menos mal que no
ha sido así porque durante gran parte del episodio he pensado que sí
habían conseguido defraudarme, otra vez, y en los primeros minutos
nada menos.
Pero no, “Are you…?”
es probablemente, uno de los tres mejores episodios de Dexter en toda
su historia. Asistimos, por primera vez, al inicio de la caída del
(anti)héroe. El mayor temor de Dexter no es la muerte, es que le
pillen y, más aun, que le descubra su hermana a la que tanto ha
querido y necesitado proteger. ¿y ahora qué? El desmoronamiento de
Dexter comienza en el momento en que entra en su casa y se encuentra
todos sus secretos esparcidos en el salón y la mirada desconcertada
de su hermana. ¿Qué quéreis que os diga? Era necesario que algo
así sucediera. Si los creadores tienen pensado terminar la serie en
un par de temporadas más y, como ha dicho uno de ellos, las
temporadas siete y ocho, van a componer el desenlace en conjunto, era
lógico que Dexter fuera iniciando el descenso a tierra. Igual esto
ha sido un aterrizaje forzoso, prácticamente, pero tal y como se
habían venido desarrollando los últimos acontecimientos en la sexta
temporada tanto Dexter como nosotros, los espectadores, necesitábamos
un buen bofetón.
Me explico: el
enamoramiento repentino de Debra hacia su hermano gracias a unas
sesiones terapéuticas no podía traernos nada bueno, no llevaba a
ningún sitio salvo a terminar de convertir a la pequeña de los
Morgan en un despojo de personajes. Y la única manera de que se le
pasara el encaprichamiento era con terapia de choque…creo y espero
que haya funcionado. Ahora es ella la que se encuentra en una
encrucijada y dudo bastante que la confusión de sus sentimientos
hacia Dexter vaya a influir en modo alguno; es más bien el conflicto
entre el deber y el querer lo que hará vivir a Debra en una
permanente contradicción durante esta temporada. Era el drama que le
faltaba a Teniente “fucking” Morgan ya que en las últimas
temporadas la serie parece ir de desgracia en desgracia para ella.
Debra ya no sabe donde
meterse, ahora es ella la que parece salvarle el culo a su hermano
para que no sea descubierto porque Laguerta anda haciendo
investigaciones por su cuenta. Al final Debra terminará realmente de
psiquiátrico.
Me queda la duda de cómo
va a ser posible mantener este ritmo durante dos temporadas que son
las que nos quedan. Ya vamos apreciando, según han avanzado estos
cinco primeros episodios, un descenso de la intensidad, por muchos
“fuck” que suelte Debra a lo largo de cada capítulo. ¿Tenemos
el “Team Morgan serial killers”? Habrá que verlo.
¿Y qué pasa con el
resto de personajes? Pues poca cosa o nada…ni nos importa, por otra
parte porque el bombazo ha sido tal en la trama principal de la serie
que no hay posibilidad de que ninguna subtrama pueda interesar al
espectador. Ahora, cualquier cosa que no sea intentar asimilar el
shock de Debra o los nuevos planes de Dexter, parece relleno: ni lo
insoportable que sigue siendo Laguerta, ni la muerte de Louis, ni los
intentos de reconciliación de Quinn y Batista…¡qué diablos! Ni
siquiera el asesinato de Mike ha conseguido alterarme.
Aun así y como es
imposible que en los capítulos que restan la trama vaya a centrarse
exclusivamente en Dexter, Debra y su crisis familiar, esperemos que
los personajes nuevos que nos han preparado, club de strip-tease
incluido, consigan compensarnos el sopor de la temporada pasada y
hacernos olvidar todos los momentos bíblicos que nos hizo sufrir. De
momento, van por el buen camino.
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